Cuando hablamos de visión artificial, la gran mayoría de la gente piensa en una tecnología futurista. De hecho lo es, aún queda mucho camino por recorrer y, en consecuencia, muchos desarrollos por venir. Sin embargo, lo que la mayoría de la gente no sabe es que esta tecnología ya desempeña un papel importante en una gran variedad de procesos industriales.

Lo mismo ocurre con la interpretación de la inteligencia artificial. Aunque no nos demos cuenta, estamos rodeados de inteligencia artificial en nuestro día a día, ya sea un frigorífico que nos dice que hay que llenarlo o incluso un coche con el que podemos comunicarnos y pedirle que nos muestre una ruta o incluso que cambie el color de las luces interiores.

En general, ambos son sistemas programados y entrenados para cumplir tareas específicas. En la mayoría de los casos, la visión artificial recoge una cantidad de imágenes y datos y emite un estímulo para que la inteligencia artificial analice estos datos y luego dé órdenes a los robots que trabajan junto a estos sistemas. Sí, son sistemas que trabajan junto con robots, ya que recogen la información y envían lo que hay que hacer, pero alguien tiene que hacerlo. Al principio, la integración de estas tecnologías se hacía con mano de obra humana, pero con los avances tecnológicos es posible programar ciertas tareas para que estén totalmente automatizadas.

En la actividad industrial, ambos sistemas han desempeñado un papel importantísimo en una gran variedad de procesos de producción. La combinación de estas dos tecnologías aporta inmensas ventajas y optimiza cualquier sector productivo. Uno de los procesos que requiere más atención es sin duda el control de calidad, por lo que estas tecnologías se utilizan cada vez más para desempeñar esta función.

A menudo hay pequeños detalles que escapan a la visión humana y esto puede poner en peligro muchas variables. Ya sea un producto alimenticio que tiene algún componente estropeado, o una botella de agua que no está bien precintada, son detalles que hay que ver y revisar para que no haya problemas a la hora de entregarlo al cliente. Aquí es donde entran en juego los sistemas de visión e inteligencia artificial, capaces de llegar a estos y otros muchos detalles que de otro modo serían inalcanzables.